La tasa de desempleo mundial caerá en 2023, prevé la OIT

02 Jun

El desempleo mundial podría disminuir a los niveles anteriores a la pandemia, llegando hasta 191 millones de personas, lo que correspondería a una tasa global de 5,3%.

Sin embargo, estas estimaciones no alcanzarán a los países de bajos ingresos en África y en la región árabe, que tienen pocas probabilidades de recuperar este año los niveles de desempleo anteriores a la pandemia, ya que se estima que la tasa para África del norte se ubicará en 11,2%; para el África subsahariana en 6,3%; y para los Estados Árabes en 9,3%.

Las regiones que hasta el momento han logrado reducir sus tasas de manera sustancial, son Asia central y occidental (7,8%), América Latina y el Caribe (6,7%), Europa del norte, meridional y occidente (6,3%).

Así lo manifestó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con la publicación de la undécima edición de su serie de informes Monitor, que ofrece una visión general del desempleo mundial y regional, el impacto del aumento de los niveles de deuda en los mercados de trabajo, y analiza las lagunas de las políticas de protección social en los países en desarrollo.

Pese a que las cifras de desocupación proporcionan importante información sobre el alcance de la subutilización de la mano de obra, especialmente en los países en desarrollo, hay disparidades en el déficit de empleos en el mundo. A raíz de que en 2023 se prevé que el déficit mundial de empleos se sitúe en 453 millones de personas o el 11,7%, más del doble de la cifra de desocupación.

Esto a su vez genera disparidades en el déficit de empleos en el mundo, porque los países de ingreso bajo están ante la mayor tasa de déficit de empleos, con un 21,5%, mientras que la tasa en los países de ingreso mediano se sitúa ligeramente por encima del 11%. Los países de ingreso alto registran las tasas más bajas, con un 8,25%.

El informe evidencia, además, carencias significativas en materia de políticas de protección social en los países en desarrollo y aporta nuevas pruebas de que mayores inversiones en este ámbito aportarían beneficios económicos, sociales y del empleo, y reducirían la brecha mundial de empleo.

Por ejemplo, muestra que las pensiones básicas de vejez, en especial en los países de ingresos medio-bajos y de ingresos bajos, donde solo 38,6% y 23,2% de los ancianos reciben, respectivamente, una pensión, frente a 77,5% a nivel mundial.

Constata que la introducción de una pensión de ancianidad en los países en desarrollo aumentaría su producto interno bruto (PIB) per cápita de 14,8% en 10 años y reduciría la pobreza extrema a 6%, una baja drástica de la tasa actual de 15,5%. Para los países en desarrollo, el costo anual de las pensiones de vejez al nivel de las líneas de pobreza nacional equivaldría a 1,6% de su PIB.

Para la OIT, el monto de los recursos económicos necesarios para ampliar las pensiones básicas de vejez es cuantioso, pero no inalcanzable, ya que para los países en desarrollo el costo anual de las pensiones de vejez al nivel de las líneas de pobreza nacional equivaldría a 1,6% de su PIB.

Recordó que el acelerador mundial del empleo y la protección social de las Naciones Unidas, y la Coalición Mundial para la Justicia Social pueden reunir recursos internacionales que permitan introducir las pensiones básicas de vejez como elemento de una reforma de la arquitectura financiera global que atienda mejor las necesidades de los países de ingreso bajo.

“Las conclusiones de este informe nos recuerdan con fuerza las crecientes desigualdades mundiales. Invertir en las personas a través del empleo y la protección social contribuirá a reducir la brecha entre las naciones y las personas ricas y pobres. Es por este motivo que la OIT está lanzando la Coalición mundial para la justicia social. Esta coalición reunirá una gran diversidad de órganos multilaterales y partes interesadas. Ayudará a posicionar la justicia social como la piedra angular de una recuperación mundial, y hará que se convierta en una prioridad de las políticas y acciones nacionales, regionales y mundiales”, declaró el director general de la OIT, Gilbert Houngbo.

Fuente: laestrella.com.pa