Este formidable desempeño de nuestra economía, con una envidiable salud financiera y centrada en la captación de recursos frescos para desarrollar nuevos sectores de vanguardia, está generando miles de puestos de trabajo.
Durante el periodo enero-diciembre del 2024, se registraron 165,000 nuevos trabajadores formales en el Sistema Integrado de Registros Laborales.Según los indicadores de género, el 47 % de los nuevos trabajadores registrados son mujeres. Y las ramas de actividades que mostraron mayor proporción de nuevos trabajadores fueron: Transporte, Comercio y Construcción.Gracias a nuestras políticas de empleo, por tercera vez desde el 2022, la tasa de desempleo abierto se colocó en 4.8 % a finales de 2024, el menor nivel de la historia excluyendo la anomalía registrada en el segundo trimestre del 2020.Por su parte, la tasa de desempleo ampliado se colocó en el 9.4 %, el menor nivel histórico.
Este resultado toma aún más relevancia si se tiene en cuenta que, al inicio de la gestión 2020-2024, este indicador se encontraba en el 16.8 %, el segundo nivel más alto de la historia. La reactivación del mercado laboral ha venido de la mano de políticas activas de empleo desarrolladas en alianza con el sector privado, tales como la celebración de alrededor de 470 ferias y jornadas de empleo realizadas en todo el territorio nacional, programas de empleabilidad juvenil y empleos temporales. El dinamismo señalado tiene un mayor valor porque va acompañado de un aumento en el ingreso real de los trabajadores.
En agosto de 2020, el salario mínimo del sector privado no sectorizado en las grandes empresas cubría el 83.2 % de la canasta del primer quintil, mientras que en las medianas empresas representaba un 57.2 %. Hoy, gracias a las políticas implementadas para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, al cierre de diciembre de 2024 estos salarios alcanzan el 90.1 % y el 82.6 % de dicha canasta, respectivamente. Este avance refleja nuestro compromiso con la dignificación del empleo y el bienestar de nuestra gente.
Estos esfuerzos por aumentar el salario mínimo fueron reconocidos recientemente por la Cepal, en su informe “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe, 2024”, donde se resalta cómo República Dominicana es la cuarta economía latinoamericana en la que el salario mínimo ha experimentado un mayor crecimiento real desde 2018.Esto ha impactado directamente el promedio del ingreso laboral. Según los datos de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo, el ingreso por hora creció en el 2024 un 9.2 % en términos nominales, con respecto al mismo periodo del 2023.
En términos reales, es decir descontando la inflación del periodo, el ingreso por hora aumentó en un 5.85 %.Aún más, con el acuerdo del día de ayer, logramos, por tercera vez, un acuerdo tripartito entre el gobierno, los trabajadores y el sector empresarial para un nuevo aumento salarial del 20 % que será distribuido a partir del 1 de abril en un 12 %, y en un 8% a partir del febrero del año que viene.
Este aumento, conjugado con la estabilidad económica del país y el control del nivel de precios, permitirá un incremento significativo en el poder adquisitivo de los hogares dominicanos. Para este año 2025, la subida del 12 % significará un aumento adicional del salario mínimo real promedio de 7 puntos porcentuales y cuando se complete el aumento, con el 8 % en febrero de 2026, se adicionarán 10 puntos porcentuales; lo que, sumado a los acuerdos salariales que hemos logrado anteriormente, se traduce en un crecimiento del 38.1 % con respecto a 2018.Esto supondrá un gran avance en la calidad de vida de los dominicanos y en la reducción de la pobreza.
Hoy podemos decir que hemos creado más empleo, con mejores salarios y en sectores de mayor valor agregado. Y en esa estrategia seguiremos implementando programas de capacitación laboral que doten a nuestros ciudadanos de las habilidades necesarias para acceder a mejores empleos, así como programas para la inserción laboral como “RD Trabaja” o el proyecto “Inspire”, con los que daremos un importante impulso a la formalización del empleo en nuestro país.Nuestra meta es alcanzar el 50 % de empleo formal en los próximos cuatro años, conseguir un 80 % de empleabilidad de los egresados universitarios y generar un clima de emprendimiento que nos lleve a tener 350,000 mipymes formales en 2028.Son las industrias, las empresas, los sectores productivos los que dan impulso y sostenibilidad a nuestro crecimiento económico. Un buen ejemplo de esto son las zonas francas, que constituyen una de las actividades productivas de mayor aporte al empleo directo en el país.
A noviembre de 2024, se alcanzó la cantidad de 198,450 empleos directos, lo que constituye una cifra sin precedentes representando las mujeres cerca del 53 % del empleo total. Y la participación de este sector en la estructura exportadora es del 67 %, un crecimiento sostenido que refleja la confianza en nuestra economía con exportaciones que superan los 8,600 millones de dólares en 2024.También hemos llevado los empleos a San Juan, aperturando por primera vez, una zona franca en esa provincia.
Además, como parte de los esfuerzos para que el país se convierta en un destino atractivo de nearshoring para la industria mundial de semiconductores, estamos trabajando en una estrategia nacional que nos permita competir en las cadenas de valor de tecnología avanzada y microtecnología, para así generar empleos cada vez más calificados y mejor remunerados.Por eso estamos mejorando la educación primaria, secundaria, técnica, profesional y universitaria, fortaleciendo las capacidades STEM, expandiendo la educación técnica y la formación de ingenieros del país. Debemos tener claro que el futuro está en la tecnología de vanguardia y el presente en nuestras aulas